domingo, 16 de junio de 2013

CONSTRUCCIÓN DE LA LIBERTAD RELIGIOSA EN MÉXICO



* Gustavo Antonio Rangel


Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.




Para construir el orden democrático de México en materia de libertad religiosa, es necesario iniciar un verdadero proceso total de reforma a las disposiciones constitucionales en los artículos: 3º, 24, 27 y 130, con el fin de restaurar el diálogo moderno y trabajar sin hostilidades, ni privilegios -bajo un mismo bien común-, entre el Estado Laico, la Familia y la Iglesia.






Teotihuacán a 16 de Junio de 2013


Teotihuacán, México.- Ahora que la reforma del Estado, demanda mejores propuestas para construir un país moderno y democrático, el tema de la libertad Religiosa en México, recobra relevancia y aún esta pendiente en la agenda de análisis de los nuevos integrantes de Cámara de Diputados y Senadores.

Asimismo, se espera la pronta reflexión de personas doctas en la materia y de la opinión pública, quienes con su trabajo, nos van a proyectar en torno a las relaciones del Estado Laico, la Familia y la Iglesia, de cara hacia el futuro.

Es innegable que el Gobierno está abierto a los cambios democráticos del país,  y esto lo vemos, desde hace 21 años, cuando se dio el primer paso exiguo,  para el proceso de restauración de la Libertad Religiosa en México.

Recordemos que fue en el periodo del Presidente de México, Lic. Carlos Salinas de Gortari, quién en 1992, promovió las reformas al artículo 3º y al 130 que se refiere a la libertad religiosa.

En aquel tiempo, el artículo 3º, se reformo poco, destacando la libertad de enseñanza en la escuela privada y se permitió enseñar a los eclesiásticos, pero manteniendo una educación laica.

En cuanto al artículo 130, el avance fue en materia de reconocimiento a las agrupaciones religiosas denominadas iglesias.

Sin embargo, para hablar de una Libertad Religiosa en México, aún existen algunos puntos de análisis, para legislar en la mesa de reforma constitucional, sobre todo, en los artículos: 3º, 24, 27 y 130, respectivamente.

Si bien es cierto, el tema de la Libertad Religiosa en México, es candente y no es fácil de interpretar; requiere de un proceso de maduración para su mayor comprensión en la sociedad.

Esto es porque algunos actores y medios de comunicación, lo entienden “mal”.

Ven con “malos ojos” que en estos tiempos de crisis provocada por grupos del crimen organizado -en algunos estados del país-, se promuevan las reformas constitucionales en materia de Libertad Religiosa, asegurando calumnias sin fundamento ante cualquier intento de reforma por parte de la Iglesia mexicana, situación que los ha llevado a suprimir toda idea religiosa.

Las fuerzas que están en contra de la Libertad Religiosa en México, piensan que el Magisterio de la Iglesia Católica, busca la intromisión en los asuntos civiles que no son de su competencia y concretamente en los asuntos del Estado.

A decir de ellos, se busca promover la Libertad Religiosa, con la idea de formar un “partido político”, que le permita establecer un ”Estado Confesional”, y en consecuencia eliminar el “Estado Laico”, lo cual es una mentira para confundir a la opinión publica.

Por el contrario, la Iglesia Católica de México, ofrece su apoyo, talento, cultura y participación, con gallarda independencia e imparcialidad. Sin pedir nada a cambio, ni mucho menos, solicitar privilegios.

La misión es participar activa y objetivamente ante los problemas de nuestra Nación, luchando por sus causas más legítimas, bajo los  principios éticos, morales y espirituales.

Por lo anterior,  los Obispos mexicanos han explicado reiteradamente  sobre el tema y han sido enfáticos al decir que “debemos caminar para consolidar al Estado Laico; la Iglesia no sólo No está en contra del Estado laico, sino está a favor.

La Iglesia Católica de México, es la más empeñada, porque si no hay Estado Laico, no hay Libertad religiosa”, señalaron.

En este mismo tenor, los representantes del Episcopado de México, continuamente nos recuerdan que "la Iglesia no busca el poder temporal”, y observando los signos de los tiempos, sólo han llevado a la reflexión algunos de los artículos de la Carta Magna, de los Estados Unidos Mexicanos, ya que sugieren tener un participación en el término actual y moderno que permite la libertad religiosa.

Ante este marco, la pregunta obligada sería: ¿Por qué es importante la reforma constitucional de la LIBERTAD RELIGIOSA en México?,…- y ante gruesa pregunta -, respondemos con un acercamiento, ya que esta reforma nos da la libertad anhelada y reciproca de comprender a quienes no piensan igual; también, permite vivir en un Estado de Derecho plural, con orientación de tolerancia y apertura.

Y en consecuencia, terminaría de una vez por todas con la persecución que viven algunas denominaciones; así como, religiosos y Sacerdotes católicos en zonas, donde tienen presencia los intolerantes y las células del crimen organizado en el país.

Asimismo, suprime el sectarismo en el pensamiento social; elimina la injusticia que viven distintos grupos sociales y por si fuera poco, ayudaría a “reconocernos y valorarnos como personas”, enseñando que la libertad religiosa que se reclama, debe otorgarse a todos los mexicanos, sin importar su sexo o raza, cualesquiera que sea su culto, ideología, costumbres y vocación profesional.

Por lo tanto, esto pone de manifiesto que la libertad Religiosa en México, hoy en día, se vuelve una necesidad vital, que demanda romper los viejos paradigmas de confusión que vive la sociedad mexicana, sobre todo, cada vez que hablamos de Construcción de la Libertad Religiosa en México,  que tiene como fin que todos los mexicanos de buena voluntad, accedan a un cambio estructural, sin torcer el rumbo.

En este sentido, la Iglesia Mexicana en voz del Episcopado Mexicano, es paciente, acompaña a México y a los mexicanos en los esfuerzos nacionales; camina con ellos en la búsqueda de construir un mejor país.

Sin importar que desde hace tiempo, ha querido abrir la puerta de la libertad religiosa, que fue cerrada en México desde hace más de 156 años, por criterios antirreligiosos y totalmente anacrónicos.

No obstante, lo que hoy verdaderamente es significativo, son los tiempos nuevos; la transformación que se desea, va más allá de un sentimiento de libertad.

El fin último, es construir una mejor nación mexicana democrática, que cultive el respeto al nacionalismo y a la religión, con una conciencia recta, apegada a los ideales patrios y valores humanísticos, tal y como lo demanda nuestra Carta Magna.

Por lo tanto, podemos decir que la esperanza de un nuevo tiempo en materia de Libertad Religiosa, está más cerca para gloria de Dios y de nuestro país.

Es decir, la relación Iglesia- Estado, esta por vivir una de sus mejores épocas, en el orden social, familiar y espiritual.

Sabemos que cuando ponemos nuestra confianza en el poder del evangelio, así como, en las leyes mexicanas y en la buena voluntad de los gobernantes, es posible pensar en la construcción de la Libertad Religiosa en México.

Por eso, ante ésta cruzada, se busca de nueva cuenta -como dijo el Papa Benedicto XVI-, “dejar que circule más aire fresco por el territorio nacional; que saque a los mexicanos de poses anquilosadas; para que la reforma del Estado, abra las ventanas a una nueva democracia, sin miedos, ni prejuicios”.

Y al cumplirse esta responsabilidad democrática, millones de mexicanas y mexicanos podrán actuar sin hostigamiento religioso y trabajar a favor de un México prospero y de igualdad. De ahí que la construcción de la Libertad religiosa que promueve la Iglesia Católica, proviene de la grandeza de Dios, y busca, ante todo, la buena voluntad de los legisladores, para lograr el bien común de los más vulnerables.


* Gustavo Antonio Rangel
 
- Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.


- Es Investigador especializado en Neopersecución de Sacerdotes en México, de 2006 a la fecha.


- Desde 2009, Coordina la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial C.C.M.


- Ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008.


- Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana de México.




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