Por: Gustavo Antonio Rangel
Enero de 2013
El Comunicador Católico de México está viviendo un tiempo importante en su historia, porque trabaja al servicio de la nueva evangelización, que abre un mosaico de posibilidades, para tener mayor Libertad religiosa y respeto a la vida Humana.
El Comunicador Católico expresa con mucha efusión su profundo deseo de sentirse parte de los cambios de la nueva evangelización, y acoge con gusto la misión de construir la unidad a través de la verdad. De ahí que está deseoso de emitir su mensaje, para contribuir a mejorar las líneas de comunicación de la Iglesia mexicana; además, se esta abriendo camino ante los desafíos que demanda el pueblo de Dios y el país.
El
comunicador Católico, no quiere dormirse, ni que se duerman sus
públicos; por eso, busca con su esfuerzo provocar, alterar, investigar y
experimentar la sensación de informar el gran Amor de Cristo, Redentor
del hombre, Salvador del Mundo. Y es que su trabajo destaca porque no
realiza una comunicación artesanal, ni rudimentaria; sino abierta, y
porque trabaja con los elementos de la nueva escuela de comunión que se
forma en las parroquias y en el Territorio Diocesano.
De
modo que ser Comunicador Católico, no es tarea fácil, por el contrario,
siente la apremiante necesidad de emplear toda energía y toda su
existencia, para ser artífice y signo de esperanza evangélica. Esto
Significa que no debe quedarse a medias, y para cumplir todo esto,
reflexionamos la frase afortunada de un Papa: “No sean tan sólo
Comunicadores Católicos, sino Católicos Comunicadores”. Por eso la
Iglesia Católica, invita a que sirvan para la edificación del reino de
Dios.
Por
lo anterior, el Comunicador Católico; tiene la responsabilidad de
“conducir” a un pueblo de lectores o audiencia; moralizándolos,
previniendo, exhortando, orientando, criticando, subrayando hechos, y
consecuencias. Además, tiene la responsabilidad de actuar por la verdad: "porque estamos envueltos en la verdad, nos sentimos estimulados por la
verdad y anhelamos llegar a abrazarnos a la Verdad Suma".
Como
Dice San Agustín en el proemio de sus Confesiones (1.1) “Nos hiciste,
Señor, para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en
Ti”.
Sabemos
que el camino no es fácil, la lucha en los medios de comunicación es
como “David contra Goliat”, sin embargo, esto nos invita a revalorar el
esfuerzo de editores, periodistas, reporteros, técnicos y comunicadores
parroquiales; que día con día, realizan su trabajo, muchas veces sin
recursos para su quehacer de comunicación; venciendo a la adversidad,
sólo con la buena voluntad y con el apoyo de la Divina Providencia.
No
obstante, y a pesar del panorama que se nos presenta, el Comunicador
Católico, ya sea religioso o laico, lleva consigo el mandato de
proclamar la palabra de Dios. De ahí nace el Comunicador Católico,
precisamente con las palabras vivas y contundentes del Señor, que nos
invita a ser limpios y luchadores de la comunicación, con el fin de
ensanchad el Reino de Dios.
*Premio Nacional de Periodismo Católico.
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