domingo, 30 de diciembre de 2012

Atentados Contra Sacerdotes en México

    • Autor: Gustavo Antonio Rangel
      Marzo de 2012
      • México es ya primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes, religiosos y laicos en América Latina. Le sigue en peligrosidad Colombia, Brasil, el Salvador, Guatemala, Venezuela, Perú, Estados Unidos y Cuba, entre otros.
      • De acuerdo con registros del último lustro. La República Mexicana se ha convertido en el país latinoamericano más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal.
      • El fenómeno es grave, los ataques se han vuelto permanentes, la tendencia es al alza: aumenta 320 % de crímenes contra Agentes de Pastoral en cinco años.
      • Durante los últimos 22 años, han sido perpetrados 31 crímenes contra miembros de la Iglesia Católica Mexicana: la lista la encabeza 1 cardenal, 21 sacerdotes, 3 religiosos, 1 Diácono, 4 laicos (Sacristán), 1 periodista católica.

México encabeza por quinto año consecutivo la lista de los 15 principales países de América Latina en que se comete el mayor número de homicidios de sacerdotes religiosos y laicos. Le sigue en peligrosidad Colombia, Brasil, El Salvador, Guatemala, Venezuela, Perú, Estados Unidos y Cuba, entre otros.

Un análisis de los últimos cinco años, indica que la República Mexicana figura como el país latinoamericano más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal.

Lo anterior se confirma por la creciente agresión contra religiosos en distintas zonas del país, y por los 21 atentados perpetrados contra Agentes de Pastoral Mexicanos, equivalente a un 29 % del total de restricciones a la libertad religiosa en el Continente Americano.

Según análisis, y con información actualizada de la Agencia Fides, de la Congregación Vaticana para la Evangelización de los Pueblos, al elenco le sigue Colombia con 19 crímenes, correspondiente a un 26 %; Brasil refiere 14 atentados, equivalente a 19 %; y El Salvador con 3 asesinatos, lo que corresponde a un 5 %.

En este contexto, Guatemala, Venezuela, Perú, Estados Unidos y Cuba con 2 atentados cada uno, equivalente a un 3 %. Así como, Haití, Ecuador, Honduras, Paraguay, Nicaragua y Puerto Rico, que representan un crimen por país, lo que corresponde al 1 %, respectivamente.

Esto desde luego, es sólo la punta del “iceberg” de lo que realmente sucede en la realidad distinta de las regiones señaladas de América Latina. No obstante, coinciden en eventos de intolerancia, discriminación y extrema violencia; tal como se ve reflejado en los 73 atentados perpetrados de 2007 a lo que va de 2012.

Hay que subrayar que tras los hechos violentos ocurridos en Latinoamérica, uno de los países más nítidos de violación a derechos humanos, intolerancia religiosa y homicidios contra religiosos, es el de México. En efecto, ejercer hoy el ministerio en nuestro país, se ha convertido en una labor de grave riesgo, toda vez que tuvo aumento de 160 % con respecto al año 2007.

Por eso, a nivel mundial, la República Mexicana es ya calificada como “un país de especial observación”. Además, es comparada con naciones como la India, Pakistán Turquía y Egipto, que sufren problemas de intolerancia y constantes violaciones sistemáticas a los derechos humanos, según fuentes de Libertad Religiosa Internacional.

La alta violencia alrededor de los centros de culto (casi 80 %), en distintas zonas geográficas de la Nación, pintan un panorama sombrío. Es decir, la efervescencia de agresiones violentas por parte de energúmenos están a la orden del día, y han elegido como “blanco de sus ataques” a sacerdotes, religiosos y laicos, obispos, e incluso a cardenales. Este tipo de abuso aumenta gravemente, logrando un alza de 320 % de crímenes contra sacerdotes y laicos en los últimos cinco años.

La Iglesia católica vive una ola desenfrenada de violencia sectaria. La intolerancia religiosa por parte de los “cristofóbicos” va ganando terreno en 15 estados del país, lo que refiere casi 47 % del total de las entidades de la República Mexicana.

Los ataques contra representantes de la Iglesia católica son claros. Por lo general, el objetivo de esto es debilitar a los cardenales, obispos y a su presbiterio que ha dado muestras del coraje por la defensa de la vida, la familia y los migrantes; asimismo, porque se destacan como promotores de los derechos inalienables de la mujer y refutan injusticias que sufren millones de mexicanos.

Por mencionar un ejemplo: a los eclesiásticos católicos se les combate con un encarnizamiento carcomido que ayuda a formar opinión pública negativa. Presenciamos la campaña más desvergonzada y atrevida de los últimos cinco años contra la Iglesia católica que se vale de los casos de pederastia y pornografía infantil. Así también, se suele registrar un latente reclamo contra los religiosos por intromisión en los asuntos civiles, concretamente en los asuntos del Estado.

El estribillo más común, empleado por los “cristofóbicos” más radicales, es que los sacerdotes pierden feligreses porque son “abusadores, manipulantes, encargados de mantener a un pueblo inculto y lleno de abominaciones”.  Se tilda a los clérigos como “incompetentes”. Pese a que muchos presbíteros han cometido la audacia de condenar los graves problemas que afectan a México.

Como es bien sabido, en nuestro país también se ha dado la profanación de recintos dedicados al culto. En efecto, tan sólo de 2007 a la fecha, se han profanado alrededor de 2,500 templos sagrados, entre ellos, la Catedral Metropolitana de México. Los daños causados, tan sólo por irrupción y vandalismo contra imágenes sagradas, mobiliario y objetos religiosos, se estima hasta por 30 millones de pesos.

Ahora bien, los ataques a iglesias afectan, de alguna manera, al “religioso residente”; la perpetración de los “cristofóbicos” en lugares sagrados incluye -muchas de las veces- la intimidación, la agresión física y, en algunos casos, la muerte del presbítero.

Nótese que estas agresiones verbales y físicas contra religiosos -al interior y exterior de centros de culto-, poco se saben y se sancionan, pese a que la religión católica es mayoría en el país, con un 83.9 % de la población total, según el Censo de Población de 2010.

Así las cosas, los actos de agravio y violencia alrededor de los templos; así como el secuestro y tortura, alcanza 13 de las 18 provincias que comprende la configuración eclesiástica, lo que corresponde 72 % de territorio nacional.


Religiosos que han perdido la vida por cumplir labores de pastoral en México
De acuerdo a la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial (CCM), el balance más reciente indica que durante los últimos 22 años, han sido perpetrados 31 crímenes contra miembros de la Iglesia católica mexicana.

La lista de religiosos que pagaron con sus vidas el ejercicio de su ministerio de 1990 a la fecha son: 1 cardenal, 21 sacerdotes, 3 religiosos, 1 diácono, 4 laicos (sacristanes), 1 periodista católica.

Datos del estudio confirman que la tendencia de los crímenes de Agentes de Pastoral perpetrados entre 1990 y 2012, corresponde un 36 % por ataque al interior de parroquia; un 27 % fueron cometidos deliberadamente contra el religioso en calle; un 24 % por secuestro, y un 13 % por situaciones ajenas a funciones religiosas.

Los hechos violentos que terminaron en homicidio contra sacerdotes mexicanos presume un móvil traslúcido de elementos de intolerancia religiosa, situación que alcanza a 19 de 21 atentados contra presbíteros (incluye 1 cardenal), en el periodo de 1990 a la fecha. El total de homicidios perpetrados contra presbíteros y laicos, la tendencia de las intromisiones a templos sagrados, secuestro y agresión violenta en calle, alcanza considerablemente un 90 %; sólo el 10 % corresponde al tipo de situaciones ajenas a sus funciones pastorales.

Aquí vale decir, además, que el odio hacia los religiosos es perpetrado por asesinos seriales que tienen bien definido su cometido. De ninguna manera se trata de delincuentes inexpertos. El perfil de estos delincuentes supera la primera fase, que concierne robo común o extorsión al interior del templo religioso. Sus acciones se enmarcan en un segundo nivel, que refiere agresión física contra religioso (tortura), con el fin de perpetrar un homicidio.

En 11 casos de los presbíteros que han sido atacados al interior de templo sagrado, los agravios presentan signos de golpes contusos y tortura mediante el uso de arma blanca, o bien, arma de fuego. En cuanto a los ataques deliberados en la calle: 8 casos fueron perpetrados para callar la voz de los religiosos, quienes en su mayoría denunciaban acciones ilícitas e injusticias que afectan a la comunidad donde prestaban su servicio ministerial.

Sin embargo, lo más grave de este análisis son los 7 secuestros bajo una violencia sectaria y de terror contra miembros de la Iglesia católica. Los casos de secuestro a sangre fría, no tienen nombre, toda vez que los presbíteros fueron inducidos al dolor extremo bajo tortura hasta lograr la muerte del religioso. Asimismo, en al menos 2 homicidios se efectuó la mutilación y en 1 caso la incineración.

Al respecto, como casi siempre sucede, este tipo de crímenes en su mayoría permanecen impunes porque no han sido esclarecidos. De los 31 asesinatos contra religiosos –en los últimos 22 años– tan sólo se ha resuelto un 13 %; destacando con resultado no satisfactorio un 6 %; y el mayor dato corresponde a los crímenes no resueltos con un 81 %; es decir, se trata de los homicidios que aún están por resolverse y que se han minimizado u olvidado.

El panorama visto por sexenios (de 1990 a 2012)En lo que va del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), han muerto 21 Agentes de Pastoral en modo violento: 13 sacerdotes, 3 religiosos, 4 laicos (sacristanes) y una periodista católica. Lo que significa un 68 % del total de homicidios efectuados durante los últimos 22 años de historia en México. El año 2011 ha sido el más sangriento, con un margen de 6 crímenes.

En lo que respecta al gobierno de Vicente Fox Quezada (2000-2006), se perpetraron 5 crímenes contra religiosos (4 sacerdotes, 1 diácono), lo que representa un 16 % del total de los años en análisis.

En el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), se cometieron 3 homicidios contra presbíteros (concierne a un 10 %).

En el periodo de Carlos Salinas de Gortari (1990-1994) fueron asesinados 2 eclesiásticos (1 cardenal, 1 sacerdote), lo que corresponde a un 6 % durante su gestión.

Los estados del país que presentan la mayor incidencia de atentados y agresionesUna aproximación al fenómeno, en el periodo que refiere a los últimos 22 años, indica que el Distrito Federal se mantiene a la cabeza con el mayor margen de atentados contra dirigentes eclesiásticos. En cifras, con 8 atentados, le coloca en un 25%; le sigue Chihuahua con 4 asesinatos, alcanzando un 13%; Guerrero con 3 crímenes, correspondiente a un 10%.

En este contexto, Jalisco, Oaxaca, Baja California y Tamaulipas, reportan 2 crímenes por Entidad, y concierne el mismo dato con un 7%; así como Veracruz, Michoacán, Hidalgo, Aguascalientes, Coahuila, Puebla, Durango y Estado de México, con 1 homicidio, correspondiente a un 3 % cada uno.

Por así decirlo, durante 2011, se cometieron 25 atracos contra obispos mexicanos. Alrededor de 1,100 sacerdotes han sido víctimas de extorsión y 425 sufrieron robo a mano armada alrededor de la República Mexicana. Se presume también que 255 representantes eclesiásticos han sido amenazados de muerte.

El ataque en medios de comunicaciónPor otro lado, en el mundo de los medios de comunicación, también se percibe una tentativa de desacreditación de la Iglesia, sobre todo lo que se refiere a los niveles jerárquicos. A veces presenciamos esto con una escalada agresiva de actitudes anticlericales que muchas de las veces se creen superadas. Las campañas a base de burla sistemática salen a la luz sobre todo cuando algún representante jerárquico expone la doctrina de la Iglesia ante fenómenos como el uso del preservativo, el aborto, la homosexualidad y otros problemas que emergen continuamente en la opinión pública.

La situación que se describe tiene repercusiones más allá de las estimables. En el año 2011, por ejemplo, algunos de los medios de comunicación que están al servicio de entidades religiosas han recibido ciertos ataques. Entre algunos de los casos se hallan  los bloqueos cibernéticos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (www.cem.org.mx),  y la del sitio web del Centro Católico Multimedial (ww.ccm.org.mx), a los que se les produjo un bloqueo generalizado en los sistemas de control de seguridad y un intento de daño al sistema de memoria central y de plataforma.


A manera de conclusiónSin duda alguna el balance anterior es crudo; y más aún, porque inconscientemente hay grupos que, a vuelo de pájaro, piensan que lo arriba señalado no sucede o que es producto de la imaginación de los creyentes que buscan resaltar el elemento clerical o el carácter victimario que provoca la conmiseración pública. No obstante, la felonía contra religiosos existen en México, y como en todo fenómeno que se analiza, el costo es incalculable.

Definitivamente, las agresiones que sufren los religiosos significan un obstáculo para desempeñar su ministerio. La sangre derramada de sacerdotes y laicos es irreparable para la Iglesia católica. Tan sólo, a la luz del problema, las consecuencias han afectado directamente a 97, 350 fieles católicos de 1990 a la fecha.


Sobre el autor
Gustavo Antonio Rangel es un periodista católico de la Diócesis de Teotihuacán. Investigador especializado en Neopersecución de Sacerdotes en México de 2006 a la fecha. Desde 2007 coordina la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial (CCM). Ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008. Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana de México.

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