* Gustavo –Antonio Rangel
-Periodista Católico de la Diócesis de
Teotihuacán
“Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra fe sería vana”,
enseña San Pablo, al referirse al sólido fundamento de la fe cristiana, que
constituye la solemnidad del misterio Pascual.
El
espíritu de la Iglesia Católica, durante los días santos, reviste una
solemnidad especial en las celebraciones litúrgicas, que nos lleva a
reflexionar sobre lo que enseña San Pablo como fundamento Cristiano: “Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra
fe sería vana”.
El apóstol
Pablo, expone la doctrina de la fe, justificando la liberación del pecado « Por el bautismo fuimos sepultados
con Cristo en la muerte, para que así como Cristo fue despertado de entre los
muertos, también, nosotros aspiramos a vivir para Dios en Cristo Jesús, Señor
Nuestro ».
Al principio
del Cristianismo, la grandeza de la Resurrección fue proclamada por el
testimonio de los apóstoles, que presenciaron el magno evento y tuvieron la
oportunidad de constatar el milagro.
Y como reacción
en cadena, el misterio Pascual, se convirtió en una fiesta de independencia; es
decir, de la esclavitud a la liberación, de la muerte a la vida.
Con el tiempo,
los escritos de los –Hechos- de los
apóstoles, la tradición oral y lo trasmitido por los nuevos discípulos, han
reportado para las siguientes generaciones, el milagro de la Resurrección de
Cristo; logrando con ello, permanecer inalterable por bondad de Dios, hasta
nuestros días.
Los siglos han
favorecido para poder constatar que Cristo no viene de una teoría o sistema
preestablecido, sino de un hecho real.
Sí la
Resurrección de Cristo, hubiera sido un infundió, no habría podido soportar el
paso del tiempo, y la verdad ya estaría revelando cualquier patraña inventada
por los apóstoles.
No obstante, en
la actualidad, prevalecen “eruditos” no creyentes, que viven el paganismo
positivo y con sus acciones, evitan, ante todo, su incorporación a la verdad,
al tiempo que niegan la Grandeza de la Resurrección de Cristo.
¿ Cómo pueden
disociar, entonces, la figura y la persona de Cristo ?.
Y más aún… ¿
cómo pueden negar la Resurrección de Cristo ?.
Parece
increíble que en pleno tercer milenio, hay quienes han puesto en duda la existencia
real de Jesús de Nazareth, de sus milagros, de su pasión, muerte y
Resurrección.
A toda costa,
por “intereses económicos”, se busca descubrir -el hilo negro-, con libros,
imágenes, documentales, pergaminos y “seudo” investigaciones televisivas, para
desacreditar a la Iglesia que fundo el Maestro.
Asimismo, son
muchos los estudios realizados por científicos, que con tantos “adelantos”, han
fracasado en su intentona de sembrar la duda de la autenticidad de Jesucristo.
Y la razón es
muy sencilla, no se puede tapar el sol con el índice; no es posible negar la
alegría desbordada por la Resurrección de Cristo.
No puede olvidarse el Sepulcro
Vacío, en el que José de Arimatea depositó el Cadáver, ni mucho menos
dejaríamos de hablar de la Sabana Santa, que registro la
luminosidad gloriosa del cuerpo de Cristo.
Tampoco,
podemos olvidar que él había hablado de que resucitaría al día tercero.
Ni que decir,
cuando los custodios se murieron de rabia, porque se les perdió el cuerpo.
Y por no dejar
pasar, también, el suceso de Tomas, cuando bebió el trago amargo de su
incredulidad, al momento en el que el Maestro se le presento y le dijo: “Pon tu
dedo en el agujero”.
Si la Grandeza de
la Resurrección hubiera sido una fantasía de los apóstoles, el hecho del
testimonio de haber visto a Jesús Resucitado, que habló y comió con ellos
durante cuarenta días, sería un retroceso en la vida de los cristianos.
Todas las cosas
tienen su propio peso y son coherentes.
Jesús vive para
siempre y el apóstol Pablo, nos enseña que a Cristo Resucitado, lo encontramos –en el Bautismo y en la Eucaristía, que nos
comunica a una nueva vida de amor y servicio-.
La Resurrección
de Jesucristo permanece hoy en día inalterable, para gloria de su Divinidad y
es como una luz que ilumina milagrosamente la vida y ofrece un
fogonazo de luminosidad, que nos recuerda que él es:
¡ El de ayer, y de hoy, y de los siglos que vienen ! ... “Ipse heri et hodie, Ipse et in saécula”...
¡ El de ayer, y de hoy, y de los siglos que vienen ! ... “Ipse heri et hodie, Ipse et in saécula”...
¡ Felices Pascuas de Resurrección !...
* Gustavo –Antonio Rangel
-Periodista Católico de la Diócesis de
Teotihuacán
-Es
investigador especializado en Neopersecusión de Sacerdotes en México de 20016 a
la fecha.
-Desde
2009 Coordina la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial C.C.M
-Ha ganado
el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008.
-Ha
sido profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana
de México.
-Actualmente
estudia la Maestría en Ciencias de la Educación y Comunicación.
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