* Gustavo Antonio Rangel
Periodista
Católico de la Diócesis de Teotihuacán.
Lo propio de LA FAMILIA EN MÉXICO es
que se asemeja a un faro que alumbra y dirige la navegación desde muy lejos.
Y lo propio de LA NIEBLA es que puede obscurecer e impedir la luz del más poderoso de los faros marinos…Pero lo bueno es que los faros quedan y las nieblas pasan, aún cuando a veces nos dan la impresión de que no van a pasar.
Teotihuacán a 31 de
Agosto de 2013
Teotihuacán, México.- Iniciando el
nuevo milenio, algunos grupos mal intencionados han dicho que la Familia en
México vive una verdad a medias y con inexactitudes que la mantienen en una
crisis moral.
Los hechos que presentan van de acuerdo a su interés y
promueven la bandera en la que la mentira se levanta y le dice a la verdad: “Yo
soy la verdad y tú eres la mentira”.
Y así, esta corriente
“progresista y postmoderna” que inició
sus actividades con mayor fuerza allá por los noventa del siglo pasado, provocó
confusión en la Familia mexicana, más de uno comentaron que ha sobrevenido la
niebla. Y la niebla se ha hecho tan espesa que no deja ya ver las cosas claras,
ni siquiera en la casa misma del Farero.
La exaltación embriagadora
de la breve crisis familiar en México, que han dicho los movimientos
antifamiliares afortunadamente no ha progresado, su actividad fungió más como
poda que de daño.
No obstante, los tiempos
nos impiden cantar victoria, a decir de los agnósticos, “han perdido una
batalla pero no la guerra”.
Ante la situación, el tema
nos lleva a reflexionar sobre los problemas a los que está expuesta la Familia
hoy en día, tales como la corrupción y todas las miserias humanas.
Recordemos que en la
antigüedad, la poligamia fue su lacra; iniciada la Edad Media, la pureza del
matrimonio sufrió profanación al Sacramento; del mismo modo, en la Edad
Moderna, la Revolución Francesa tuvo el sacrilegio de proclamar “El Derecho al
Divorcio”.
Más ahora los peligros son
mayores: la inseguridad, la pobreza extrema, la legalización de la Marihuana,
el aborto, la drogadicción, el adulterio; y qué decir del reconocimiento de uniones
de personas homosexuales-, que nunca serán Familia puesto que son infecundas; no obstante, se respeta su decisión.
Y como remate la
anticoncepción que cunde cual mortal epidemia ante el aplauso de gobiernos y de
organismos internacionales. Así hemos venido a naufragar.
Factor importante que no
debe pasarse por alto es la propaganda obscena que se transmite por los medios
electrónicos e impresos y que atentan contra la moral pública.
Otros son la corrupción y
violación de menores, la trata de personas, el abandono Familiar ( hombre o
mujer ) por exceso de trabajo, el aislamiento mediático, el abuso intrafamiliar,
la violencia física y psicológica; esto incluye además, todas las conductas y
diversiones que afectan las normas de bien vivir.
Sin embargo, pese al
panorama que se nos presenta, la Familia en México, hoy en día vive una
renovación moral bajo el principio de buena voluntad y del amor.
Es decir, los valores de la FAMILIA EN MÉXICO han
resurgido más pujantes y se hallan en pleno reflorecimiento.
Tal es el anhelo de la
sociedad. Y el propósito es bueno para el bien común.
De ahí que la Familia
mexicana busca ser como los faros, cuando verdaderamente lo son, son estables,
firmemente asentados sobre la roca en una Isla Marina o en las orillas de un
Mar Continental.
Gran semejanza entre la luz
de Cristo y la luz del faro. Él fue quien restauró la dignidad del matrimonio
elevándolo a la dignidad del Sacramento, proclamando su indisolubilidad y restaurando
con ello la Santidad de la Familia.
El mundo postmoderno
acabará por tocar fondo y volverá los ojos al principio natural de la Familia y
entenderá que esta noble institución es un Faro sólido que se mueve bajo el Don
de Dios y cuya luz llega muy lejos porque alumbra desde muy alto.
Ese tiempo de la Familia en
México no ha llegado aún, pero llegará bajo la “Ley del Amor”, sorprendiendo a
propios y extraños.
Ante este marco de
florecimiento, el núcleo de la Familia mexicana seguirá consolidando sus
principios bajo el seno y el calor de hogar.
Y de ahí mismo, saldrá como
una institución más poderosa que brillará como una luz morigerada que evitara
ante todo naufragios que causen infelicidad en el matrimonio, en la vida
conyugal, en las relaciones de padre e hijo, entre hermanos y vecinos de buena
voluntad.
Por lo tanto, de lo bueno y
lo malo -hoy en día-, se reconoce que
la Familia en México guarda un misterio. Y su quehacer sorprende por ser
muy endeble, ante el entorno que se desarrolla.
No obstante, reconocemos ampliamente
la función social y la labor que realiza la Familia mexicana, toda vez que se
trata de la Institución que se mueve bajo un grupo de personas que se esfuerzan
por vivir la Fe y la gracia para fortalecer la Raza y la Nación.
Esto es sin importar que la niebla
pueda cubrir en un momento dado el horizonte mexicano, porque LA FAMILIA EN
MÉXICO sabe y lo tiene claro, la niebla es por esencia inconsistente y
pasajera.
* Gustavo
Antonio Rangel
-
Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.
-
Es Investigador especializado en Neopersecución de Sacerdotes en México, de
2006 a la fecha.
-
Desde 2009, Coordina la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial
C.C.M.
-
Ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008.
-
Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad
Salesiana de México.
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