miércoles, 9 de diciembre de 2015

LA VIRGEN DE GUADALUPE

* Gustavo Antonio Rangel

Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.

Ciudad de México a 09 de Diciembre de 2015



LA VIRGEN DE GUADALUPE


La devoción perenne del pueblo mexicano a su Madre, la Virgen Santísima de Guadalupe, descansa en el hermoso culto por venerarla y amarla; este hecho fue iniciado en Diciembre de 1531, y es motivo que nos llena de alegría, ya que desde entonces, florece con gran fuerza en México y en todo el mundo.



LA VIRGEN DE GUADALUPE


Por Gustavo -Antonio Rangel


México D.F.-. La Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe de la Ciudad de México, se viste de gala, por la presencia continua de millones de mexicanos y extranjeros que llegan al Templo Mariano en un acto de fe y acción de gracias.

Los peregrinos con amor filial y profundo agradecimiento, acuden días antes, e incluso, se programan con meses de anticipación a la fecha “grande” del día 12 de Diciembre.

Y como cada año, ponen pausa a sus actividades cotidianas de origen, para cumplir con su devoción, que es el hermoso culto de adorar a la Madre amorosa, Auxiliadora y Maestra única de los mexicanos, la siempre Virgen Santa María de Guadalupe.

La tierna devoción por contemplar a la reina amada de los mexicanos, hace que su Santuario sea uno de los más visitados en el Mundo; día tras día, durante el año litúrgico acuden miles de fieles de México y de otras naciones del Mundo.

Se puede afirmar, por datos recientes, que entre los días 1 al 12 de Diciembre, se alcanza la cifra récord de 25 millones de peregrinos.

A esta estadística de fe, le siguen, los peregrinos que visitan a la Virgen de Chestokowa, en Polonia y a la Virgen de Lourdes en Francia; también, agregamos a este hermoso culto, la fe de los Pontífices que han regido la Iglesia Católica, y que han sido eminentemente marianos, y sobre todo, Guadalupanos: Pío X, en 1910, la proclamó la Patrona de toda América Latina.

En 1945, Pío XII, aprobó los títulos de Reina de México y Señora (Emperatriz) de América; en este mismo sentido, con fervor mariano, Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, manifestaron abiertamente su amor creciente  a la “Morenita”, y a su  querido pueblo mexicano. Y bajo esta misma línea, el actual reinante, S.S. FRANCISCO, quién también, se ha mostrado humilde a la enseñanza mariana.

De ahí que la Virgen Santísima de Guadalupe, es el mayor tesoro que México posee, y en palabras del Papa Pío XII, recordamos: “Pinceles que no eran de este mundo dejaron pintada una imagen dulce, que la labor corrosiva de los siglos maravillosamente ha respetado”.

Por eso, no es casualidad lo que han dicho de la Virgen de Guadalupe: “que tiene en su imagen: hermosura, suavidad y relieve; las mejillas sonrosadas, dejándose ver los perfiles en los ojos, nariz y boca, que le agregan tal belleza que arrebata los corazones”, escribió el mejor pintor Guadalupano, Don Miguel Cabrera.

Lo anterior, nos lleva a la reflexión del adagio teológico, que dice: hablar de la Santísima Virgen María nunca llena “de María, Nunquam Satis”, es decir, que por mucho que hablemos de ella, ni agotamos su grandeza, ni saciamos nuestro amor.

Nada tiene de raro, que al hablar de la Virgen de Guadalupe, caemos en la cuenta que su amor significa un deseo infinito para todos los mexicanos, lo mismo la veneran pobres y ricos por igual; sin faltar los indocumentados e inmigrantes que se encuentran en tierras por el mundo.

Y en respuesta, no hay barrera de índole social que impida que el amor maternal de Santa María de Guadalupe, auxilie a sus hijos que solicitan su intercesión y su omnipotencia suplicante.

Por ello, en cada rincón del país y más allá de nuestras fronteras, donde existe un mexicano o grupo de familia, está la presencia viva de Santa María de Guadalupe, que es motivo de esperanza y celebración para ofrecer la Santa Misa en su honor, con cantos marianos y las tradicionales mañanitas.

También, como es bien sabido, el culto para venerar a la Virgen de Guadalupe, descansa en cuatro hechos importantes que son: El Ayate, La Imagen prodigiosa, El Templo en forma circular y El culto popular; por lo tanto, a continuación vamos a reflexionar en el último punto.

Sin lugar a dudas, el culto popular, representado en las peregrinaciones, es una manifestación a carta cabal.

Con profunda fe, con más acrisolado amor y gratitud; millones de mexicanos de todas las edades por unos días, abandona su pueblo, la colonia, la ciudad, el municipio, o el Estado de origen; la fe del mexicano tiene un sólo fin, echarse al regazo infinito de su madre, y a las manos inmaculadas de Santa María de Guadalupe.

Los peregrinos que viajan caminando en largas y abrumadoras jornadas para llegar al Tepeyac, viven con alegría este sacrificio bajo la esperanza del amor Guadalupano.

Las bajas temperaturas por la madrugada, no impiden a los fieles para viajar a pie, recorriendo cientos de kilómetros hacia la Basílica de Guadalupe, el llevar y cargar a cuestas con la imagen sagrada de su Madre protectora, resulta una satisfacción muy grande.

Otra modalidad, es la opción de peregrinar recorriendo las rutas con una antorcha en mano que es precisamente “la antorcha Guadalupana”, en donde cada uno de los peregrinos avanza 150 metros, con un descanso de 20 minutos.

Comunidades enteras de la República Mexicana participan con entusiasmo en este sistema de peregrinar. También, existe el convoy de un grupo de automóviles, camionetas, autobuses, camiones pesados, adornados con mensajes vivos y mantas que mencionan el origen de la peregrinación Guadalupana; destacando los que vienen de los estados del centro y sur del país; como Queretaro, Hidalgo, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Tabasco, Oaxaca y Guerrero.

Otra forma de peregrinar es en bicicleta: los ciclistas, también se agrupan para llegar a la fiesta mariana, que es algo muy significativo para ellos. La ruta mariana por donde llegan los peregrinos es interminable, las arterias principales son tomadas por miles de hombres, mujeres, ancianos, niños, niñas; personas con discapacidad y enfermos.

El recorrido comprende caminos de tierra, avenidas de asfalto, carreteras y puentes Federales con transito vehicular peligroso.

Esto no es obstáculo para los caminantes y el fin es el mismo, millones de mexicanos viajan en éxodo mariano hacia el Tepeyac; por eso, la veneración a Santa María de Guadalupe, representa la máxima fiesta de los mexicanos.

Festejar a nuestra Madre Santísima, es motivo de gozo y esperanza en todo el país; en suma, despierta con más hondura la solemnidad que reviste el claro amor de un pueblo a su Madre protectora, para gloria de nuestra raza mestiza y para protección de toda América Latina.

A sabiendas de nuestra indignidad, con la reflexión serena y reposada de Nuestra Madre Santísima de Guadalupe….¿No estoy Yo aquí que soy tu madre?. Los mexicanos recibimos un gran regalo que nos hizo la Virgen Morena, que fue la consolidación de nuestra fe católica.

Esto ha sido el sostén del amor materno durante casi cinco siglos; pero también, recibimos la encomienda de “Edificar el Templo” que ella pidió. Y esto de edificar, se refiere a que mantengamos viva la unidad como mexicanos y la unión de nuestro pueblo; que significa construir un mejor bienestar en la familia, la comunidad y la patria… ¡ Gran responsabilidad la nuestra !.


Gustavo Antonio Rangel


- Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.

- Es Investigador especializado en Neopersecución de Sacerdotes en México, de 2006 a la fecha.

- Desde 2007, Coordina la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial C.C.M.

- Ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008.

- Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana de México.





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