sábado, 31 de agosto de 2013

LA FAMILIA EN MEXICO: FARO EN LA NIEBLA

* Gustavo Antonio Rangel
Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.

Lo propio de LA FAMILIA EN MÉXICO es que se asemeja a un faro que alumbra y dirige la navegación desde muy lejos.

Y lo propio de LA NIEBLA es que puede obscurecer e impedir la luz del más poderoso de los faros marinos…Pero lo bueno es que los faros quedan y las nieblas pasan, aún cuando a veces nos dan la impresión de que no van a pasar.






Teotihuacán a 31 de Agosto de 2013


Teotihuacán, México.- Iniciando el nuevo milenio, algunos grupos mal intencionados han dicho que la Familia en México vive una verdad a medias y con inexactitudes que la mantienen en una crisis moral.

Los hechos que presentan van de acuerdo a su interés y promueven la bandera en la que la mentira se levanta y le dice a la verdad: “Yo soy la verdad y tú eres la mentira”.

Y así, esta corriente “progresista  y postmoderna” que inició sus actividades con mayor fuerza allá por los noventa del siglo pasado, provocó confusión en la Familia mexicana, más de uno comentaron que ha sobrevenido la niebla. Y la niebla se ha hecho tan espesa que no deja ya ver las cosas claras, ni siquiera en la casa misma del Farero.

La exaltación embriagadora de la breve crisis familiar en México, que han dicho los movimientos antifamiliares afortunadamente no ha progresado, su actividad fungió más como poda que de daño.

No obstante, los tiempos nos impiden cantar victoria, a decir de los agnósticos, “han perdido una batalla pero no la guerra”.

Ante la situación, el tema nos lleva a reflexionar sobre los problemas a los que está expuesta la Familia hoy en día, tales como la corrupción y todas las miserias humanas.

Recordemos que en la antigüedad, la poligamia fue su lacra; iniciada la Edad Media, la pureza del matrimonio sufrió profanación al Sacramento; del mismo modo, en la Edad Moderna, la Revolución Francesa tuvo el sacrilegio de proclamar “El Derecho al Divorcio”.

Más ahora los peligros son mayores: la inseguridad, la pobreza extrema, la legalización de la Marihuana, el aborto, la drogadicción, el adulterio; y qué decir del reconocimiento de uniones de personas homosexuales-, que nunca serán Familia puesto que son infecundas; no obstante, se respeta su decisión.

Y como remate la anticoncepción que cunde cual mortal epidemia ante el aplauso de gobiernos y de organismos internacionales. Así hemos venido a naufragar.

Factor importante que no debe pasarse por alto es la propaganda obscena que se transmite por los medios electrónicos e impresos y que atentan contra la moral pública.

Otros son la corrupción y violación de menores, la trata de personas, el abandono Familiar ( hombre o mujer ) por exceso de trabajo, el aislamiento mediático, el abuso intrafamiliar, la violencia física y psicológica; esto incluye además, todas las conductas y diversiones que afectan las normas de bien vivir.

Sin embargo, pese al panorama que se nos presenta, la Familia en México, hoy en día vive una renovación moral bajo el principio de buena voluntad y del amor.

Es decir, los valores de la FAMILIA EN MÉXICO han resurgido más pujantes y se hallan en pleno reflorecimiento.

Tal es el anhelo de la sociedad. Y el propósito es bueno para el bien común.

De ahí que la Familia mexicana busca ser como los faros, cuando verdaderamente lo son, son estables, firmemente asentados sobre la roca en una Isla Marina o en las orillas de un Mar Continental.

Gran semejanza entre la luz de Cristo y la luz del faro. Él fue quien restauró la dignidad del matrimonio elevándolo a la dignidad del Sacramento, proclamando su indisolubilidad y restaurando con ello la Santidad de la Familia.

El mundo postmoderno acabará por tocar fondo y volverá los ojos al principio natural de la Familia y entenderá que esta noble institución es un Faro sólido que se mueve bajo el Don de Dios y cuya luz llega muy lejos porque alumbra desde muy alto.

Ese tiempo de la Familia en México no ha llegado aún, pero llegará bajo la “Ley del Amor”, sorprendiendo a propios y extraños.

Ante este marco de florecimiento, el núcleo de la Familia mexicana seguirá consolidando sus principios bajo el seno y el calor de hogar.

Y de ahí mismo, saldrá como una institución más poderosa que brillará como una luz morigerada que evitara ante todo naufragios que causen infelicidad en el matrimonio, en la vida conyugal, en las relaciones de padre e hijo, entre hermanos y vecinos de buena voluntad.

Por lo tanto, de lo bueno y lo malo -hoy en día-, se reconoce que la Familia en México guarda un misterio. Y su quehacer sorprende por ser muy endeble, ante el entorno que se desarrolla.

No obstante, reconocemos ampliamente la función social y la labor que realiza la Familia mexicana, toda vez que se trata de la Institución que se mueve bajo un grupo de personas que se esfuerzan por vivir la Fe y la gracia para fortalecer la Raza y la Nación.

Esto es sin importar que la niebla pueda cubrir en un momento dado el horizonte mexicano, porque LA FAMILIA EN MÉXICO sabe y lo tiene claro, la niebla es por esencia inconsistente y pasajera.

         
             
* Gustavo Antonio Rangel


- Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.

- Es Investigador especializado en Neopersecución de Sacerdotes en México, de 2006 a la fecha.

- Desde 2009, Coordina la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial C.C.M.

- Ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008.

- Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana de México.














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