* Gustavo -Antonio Rangel
Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán, México.
Ciudad de México a 2 de Marzo de 2018
LA DOCTRINA DE LA FE
* Por Gustavo -Antonio Rangel
“Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra fe sería vana”, enseña San Pablo, al referirse al sólido fundamento de la fe cristiana, que constituye la solemnidad del misterio Pascual.
“Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra fe sería vana”, enseña San Pablo, al referirse al sólido fundamento de la fe cristiana, que constituye la solemnidad del misterio Pascual.
* Por Gustavo -Antonio Rangel
El
espíritu de la Iglesia Católica, durante los días santos, reviste una
solemnidad especial en las celebraciones litúrgicas, que nos lleva a
reflexionar sobre lo que enseña San Pablo como fundamento Cristiano: “Si Cristo
no hubiera resucitado, nuestra fe sería vana”.
El apóstol
Pablo, expone la doctrina de la fe, justificando la liberación del pecado « Por el bautismo fuimos sepultados
con Cristo en la muerte, para que así como Cristo fue despertado de entre los
muertos, también, nosotros aspiramos a vivir para Dios en Cristo Jesús, Señor
Nuestro ».
Al principio
del Cristianismo, la grandeza de la Resurrección fue proclamada por el
testimonio de los apóstoles, que presenciaron el magno evento y tuvieron la
oportunidad de constatar el milagro. Y como reacción en cadena, el misterio
Pascual, se convirtió en una fiesta de independencia; es decir, de la
esclavitud a la liberación, de la muerte a la vida.
Con el tiempo,
los escritos de los –Hechos- de los
apóstoles; la tradición oral y lo trasmitido por los nuevos discípulos, han
reportado para las siguientes generaciones, el milagro de la Resurrección de
Cristo; logrando con ello, permanecer inalterable por bondad de Dios, hasta
nuestros días.
Los siglos han
favorecido para poder constatar que Cristo no viene de una teoría o sistema
preestablecido, sino de un hecho real. Si la Resurrección de Cristo, hubiera
sido un infundió, no habría podido soportar el paso del tiempo, y la verdad ya
estaría revelando cualquier patraña inventada por los apóstoles.
No obstante, en
la actualidad, prevalecen “eruditos” no creyentes, que viven el paganismo
positivo y con sus acciones, evitan, ante todo, su incorporación a la verdad,
al tiempo que niegan la Grandeza de la Resurrección de Cristo.
¿ Cómo pueden
disociar, entonces, la figura y la persona de Cristo ?. Y más aún… ¿ cómo
pueden negar la Resurrección de Cristo ?.
Parece increíble que en pleno tercer
milenio, hay quienes han puesto en duda la existencia real de Jesús de
Nazareth, de sus milagros, de su pasión, muerte y Resurrección.
A toda costa,
por “intereses económicos”, se busca descubrir -el hilo negro-, con libros,
imágenes, documentales, pergaminos y “seudo” investigaciones televisivas, para
desacreditar a la Iglesia que fundo el Maestro.
Asimismo, son muchos los
estudios realizados por científicos, que con tantos “adelantos”, han fracasado
en su intentona de sembrar la duda de la autenticidad de Jesucristo.
Y la razón
es muy sencilla, no se puede tapar el sol con el índice; no es posible negar la
alegría desbordada por la Resurrección de Cristo; no puede olvidarse el Sepulcro
Vacío, en que José de Arimatea depositó el Cadáver; ni mucho menos dejaríamos
de hablar de la Sabana Santa, que registro la luminosidad gloriosa del
cuerpo de Cristo.
Tampoco,
podemos olvidar que él había hablado de que resucitaría al día tercero; ni que
decir, cuando los custodios se murieron de rabia, por que se les perdió el
cuerpo.
Y por no dejar pasar, también, el suceso de Tomas, cuando bebió el
trago amargo de su incredulidad, al momento en el que el Maestro se le presento
y le dijo: “Pon tu dedo en el agujero”.
Si la Grandeza de la Resurrección
hubiera sido una fantasía de los apóstoles, el hecho del testimonio de haber
visto a Jesús Resucitado, que habló y comió con ellos durante cuarenta días,
sería un retroceso en la vida de los cristianos.
Todas las cosas
tienen su propio peso y son coherentes. Jesús vive para siempre y el apóstol
Pablo, nos enseña que a Cristo Resucitado, lo encontramos –en el Bautismo y en la Eucaristía, que nos comunica a una nueva vida
de amor y servicio-.
Por lo tanto, la doctrina de la Fe, continua vigente gracias a la Resurrección de Jesucristo que permanece hoy en día
inalterable, para gloria de su Divinidad y es como una figura de luz que
ilumina milagrosamente la vida y ofrece un fogonazo de luminosidad, que nos
recuerda que él es: El de ayer, y de hoy, y de los siglos que vienen...“Ipse heri et hodie, Ipse et in saécula”.
Gustavo -Antonio Rangel
-Es un Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán, México.
- Es Investigador especializado en Neopersecución de Sacerdotes en México, de 2006 a la fecha.
- De 2009 a 2016 fue fundador y coordinador la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial C.C.M.
- Ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008.
Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana de México.
Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana de México.
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