lunes, 15 de agosto de 2016

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

* Gustavo Antonio Rangel
Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.
Ciudad de México a 15 de Agosto de 2016

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA



 El nombre de María Santísima, en su advocación de La Virgen de la Asunción,  pone en los labios de los Católicos, la gratitud hacia la Reina y Auxiliadora de los tiempos difíciles.



Hoy más que nunca, el nombre de María, Virgen Inmaculada, Madre de Cristo, Madre de Dios, nos invita con gozo a conmemorar la Gloria y recordar su encuentro con el Señor de los Cielos. 

Nos parece útil decir que el acontecimiento de la subida a los cielos en cuerpo y alma de nuestra augusta Madre, tiene un significado especial para el creyente católico por ser vencedora de la muerte, con una suprema coherencia y verticalidad.




LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Por Gustavo -Antonio Rangel


En la plenitud del año litúrgico, recordamos el nombre dulce de la Madre de Cristo, la Madre de Dios; en la solemnidad del 15 de agosto de 2016.
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Esta fiesta, asume un encuentro de gratitud, desde la perspectiva de los católicos hacia la Auxiliadora de la Iglesia, la Virgen Santísima que siempre ayuda en las necesidades.

Por eso, hoy más que nunca, el nombre de María, Virgen Inmaculada, Madre de Cristo, Madre de Dios, nos invita con gozo a conmemorar la Gloria y recordar su encuentro con el Señor de los Cielos. 

Nos parece útil decir que el acontecimiento de la subida a los cielos en cuerpo y alma de nuestra augusta Madre, tiene un significado especial para el creyente católico por ser vencedora de la muerte, con una suprema coherencia y verticalidad.

Y es que el nombre de María Santísima, para los católicos, es sinónimo de esperanza que florece de generación tras generación y descansa su esfuerzo a la luz de la enseñanza mariana. 

Por lo tanto, en el pueblo mexicano, no es casualidad que con el mismo ímpetu con que se ama a Cristo, también se venere a la Santísima Virgen María, a sabiendas que la redención que se le tiene es porque se trata de  “la Auxiliadora de los tiempos difíciles”.

Y hay un acontecimiento más que involucra a los fieles mexicanos como disciplina en la organización de su fiesta anual, basta decir que el Júbilo, combinado con los usos y costumbres, provocan el entusiasmo que despierta la solemnidad que reviste el claro amor de un pueblo a su madre protectora. 

Y es que para los católicos, “La Fiesta Patronal”, en honor a la Asunción de la Virgen María, representa un acontecimiento de grandes dimensiones, ya que significa el tesoro más querido.

No hay entusiasmo más importante que “amar a la Mujer de Dios, la hija predilecta del Padre, la esposa amada del Espíritu Santo, la Madre amorosa de Jesús”; – por eso es que el día 15 de agosto, en la procesión con las imágenes por las calles empedradas, ella se muestra, también, como Mujer de Pueblo.

La fiesta en honor a la Asunción de la Virgen María no podría concebirse completa sin mencionar que durante estos días solemnes, se aprovecha para la “acción de gracias”  de comunidades anexas e invitados especiales que vienen a rendir culto mariano.

Por eso, durante “La Fiesta Patronal”, los hombres y mujeres de buena voluntad rinden homenaje de gratitud a las manos inmaculadas de María Santísima, quién a su vez, ofrece en respuesta, su amor maternal y auxilio a sus hijos que solicitan su intercesión y su omnipotencia suplicante.

Y esto significa vivir una fiesta de esperanza con María Santísima, para que sea ocasión de recibir a los ojos de Dios, destellos de luz, gracia y amor bajo un sentido Cristiano.


Gustavo Antonio Rangel


- Periodista Católico de la Diócesis de Teotihuacán.

- Es Investigador especializado en Neopersecución de Sacerdotes en México, de 2006 a la fecha.

- Desde 2009, Coordina la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial C.C.M.

- Ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Católico 2008.


- Ha sido Profesor de los Talleres de Radio y Televisión de la Universidad Salesiana de México.





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